
Abou Diaby es la última consagración de la escuela Wegner.
Resulta curioso analizar un partido de este talentoso jugador francés de tan sólo 21 años. ¿Cómo consigue un futbolista de tales dimensiones tanto control de balón y elegancia a la hora de moverlo?
Me confieso admirador de este tipo de jugadores que consiguen aunar la fuerza del fútbol moderno con la clase que persiguen los puristas. Muchos lo comparan con el que fue capitán Gunner Patrick Vieira, pero sinceramente, yo no los veo tan idénticos. A pesar de lo similares que son físicamente y de que ambos consiguen imponerse en la zona ancha del campo por envergadura y potencia, el bueno de Abou es infinitamente superior en cuanto a dominio de balón se refiere.
Diaby se formó en el Auxerre, consiguiendo llegar ser capitan de la selección francesa sub 19, echo que propició que su club le hiciese un contrato profesional a los 18 años. Pero tras dos tristes temporadas de más penas que glorias en la Ligue 1, el bueno de Arsene y su numeroso equipo dieron con la perla parisina.

Esta temporada está siendo la consagración del francés. Ayudado por la gran campaña del equipo, Diaby ha sorprendido a propios y extraños, y en cada partido apunta a más. Parecía que estaba destinado a ocupar la medular, emulando a su antecesor Vieira, pero el enorme talento de Diaby; sus potentes llegadas; su extraordinario control del balón, que junto a su corpulencia hacen poco menos que imposible quitarle la bola, además de de la fiabilidad que Flamini y Cesc ofrecen en el doble pivote, le han dado alas al joven astro.
Aunque juega cerca de la siniestra, su libertad de movimientos es tan grande como su papel en el equipo, y así lo entiende Wegner.
De momento está contribuyendo a la magnífica temporada del equipo londinense, y estoy seguro de que lo mejor está por llegar.
Resulta curioso analizar un partido de este talentoso jugador francés de tan sólo 21 años. ¿Cómo consigue un futbolista de tales dimensiones tanto control de balón y elegancia a la hora de moverlo?
Me confieso admirador de este tipo de jugadores que consiguen aunar la fuerza del fútbol moderno con la clase que persiguen los puristas. Muchos lo comparan con el que fue capitán Gunner Patrick Vieira, pero sinceramente, yo no los veo tan idénticos. A pesar de lo similares que son físicamente y de que ambos consiguen imponerse en la zona ancha del campo por envergadura y potencia, el bueno de Abou es infinitamente superior en cuanto a dominio de balón se refiere.
Diaby se formó en el Auxerre, consiguiendo llegar ser capitan de la selección francesa sub 19, echo que propició que su club le hiciese un contrato profesional a los 18 años. Pero tras dos tristes temporadas de más penas que glorias en la Ligue 1, el bueno de Arsene y su numeroso equipo dieron con la perla parisina.

Esta temporada está siendo la consagración del francés. Ayudado por la gran campaña del equipo, Diaby ha sorprendido a propios y extraños, y en cada partido apunta a más. Parecía que estaba destinado a ocupar la medular, emulando a su antecesor Vieira, pero el enorme talento de Diaby; sus potentes llegadas; su extraordinario control del balón, que junto a su corpulencia hacen poco menos que imposible quitarle la bola, además de de la fiabilidad que Flamini y Cesc ofrecen en el doble pivote, le han dado alas al joven astro.
Aunque juega cerca de la siniestra, su libertad de movimientos es tan grande como su papel en el equipo, y así lo entiende Wegner.
De momento está contribuyendo a la magnífica temporada del equipo londinense, y estoy seguro de que lo mejor está por llegar.