La globalización también hace llaga en el mundo del fútbol. La facilidad que las nuevas tecnologías ofrecen a los clubes para ojear futbolistas de todo el mundo, hace que cada vez se apresuren más para firmar a futuros craks.
En esta onda de fichajes precoces no ha dejado de entrar la secretaría técnica del Udinese, que en 2006 se hizo con el pase del joven delantero argentino Federico Laurito.
En esta onda de fichajes precoces no ha dejado de entrar la secretaría técnica del Udinese, que en 2006 se hizo con el pase del joven delantero argentino Federico Laurito.

Laurito empezó a jugar al fútbol en Santa Lucía de Hungría, el club de su barrio. Pero los ojeadores del club argentino Newell’s Old Boys lo ficharon para engrosar su productiva cantera.
Igual que el instinto de un depredador se lleva de serie, el buen delantero desde que empieza a jugar al fútbol ve el gol con más facilidad que los demás. Pues esta era la principal condición del ariete leproso, muy fuerte en el cuerpeo, muy potente salto y la precisión en el área de un verdadero cañonero. Pronto comenzó a jugar con las inferiores albicelestes, y en 2005 cuajó un espectacular sudamericano sub-15.
Con tan sólo 15 años, Laurito rondaba el metro ochenta utilizando su envergadura para imponerse siempre por potencia en el área.
Su gran capacidad anotadora hizo que los clubes europeos se fijasen en él, y Udinese fue quien se llevó el gato a “Italia”.
Con 16 años, se convirtió en el fichaje más joven en las últimas dos décadas del Calcio, pasando de Newell's al Udinese por
1.700.000 $, más un 20% de una futura venta.
Sus comienzos en Udinese fueron esperanzadores, los técnicos alababan las condiciones del argentino y pronto mejoró sobremanera su juego aéreo, convirtiéndose en un gran rematador.

En la actual temporada aun no ha debutado en liga, pero ha ido convocado en algún partido. Seguro que el debut del que dicen será nueve de la selección argentina y también para muchos sucesor de Batigol, no se retrasará mucho más.