Él es la muestra de que el fútbol es un deporte especial.
En una de las ligas más competitivas, donde la fuerza física y el rigor táctico son la razón de ser, pocos son los talentosos que consiguen hacer historia.
La Serie A cuenta desde el inicio de esta temporada con uno de esos "genios bajitos" que nunca pasan desapercibidos por lo singular de su fútbol.
Sebastián Giovinco nació en Turín el 26 de enero de 1987. A los 14 años fichó por la Juventud de Turín, y desde entonces su talento no ha pasado desapercibido por la fábrica juventina. Giovinco es a día de hoy, probablemente, el principal estandarte de una nueva Italia, donde el talento recuperará su protagonismo. Su juego es tan especial que no se le puede asignar una posición fija, como los grandes, puede jugar de media punta, segundo delantero y pegado a las bandas, su control de balón y su regate no son típicos en el fútbol trasalpino.
En una de las ligas más competitivas, donde la fuerza física y el rigor táctico son la razón de ser, pocos son los talentosos que consiguen hacer historia.
La Serie A cuenta desde el inicio de esta temporada con uno de esos "genios bajitos" que nunca pasan desapercibidos por lo singular de su fútbol.
Sebastián Giovinco nació en Turín el 26 de enero de 1987. A los 14 años fichó por la Juventud de Turín, y desde entonces su talento no ha pasado desapercibido por la fábrica juventina. Giovinco es a día de hoy, probablemente, el principal estandarte de una nueva Italia, donde el talento recuperará su protagonismo. Su juego es tan especial que no se le puede asignar una posición fija, como los grandes, puede jugar de media punta, segundo delantero y pegado a las bandas, su control de balón y su regate no son típicos en el fútbol trasalpino.
Sin embargo, un handicap con respecto a los demás marcó su figura. El joven turinés apenas llegaba a ver por encima del metro cincuenta. Quizás el hecho de que su pobre físico, mide 1,64m, crease multitud de dudas entorno a su progresión frenó la leyenda de este virtuoso de la pelota, impidiendo incluso que tuviese el papel que merecía en las inferiores azzurras, exceptuando alguna convocatoria con la sub-16.
Pero su progresión por las categorías inferiores de la Juve fue vertiginosa, y a sus 18 años se convirtió en el principal referente del equipo filial siendo pieza clave en la temporada 2005-2006 del Campeonato Primavera. A partir del verano de 2006, empezó a contar para el primer equipo, y su debut la temporada pasada fue el que se merecen los genios.
Era un partido de liga (serie B) ante el Bolonia, entró sustituyendo a Palladino. Además de protagonizar más de una de esas carreras sorteando “gigantes” que lo caracterizan, dio una asistencia perfecta a Trezeguet que este convirtió. La pasada temporada jugó cuatro partidos en la serie B.
Su nombre empezó a coger importancia por el país de la bota, y pronto, Pierluigi Casiraghi, seleccionador de la sub-21 le dio el mando de su equipo.
Con el retorno a la Serie A de la Vecchia, tomaron la decisión de que esta temporada jugase cedido en el Empoli, donde sin duda alcanzaría el protagonismo y las oportunidades que merecía.
Esta temporada se ha convertido en una de las atracciones del campeonato italiano, su capacidad para desbordar, su velocidad, su espectacular regate, un control de balón propio de los malabaristas brasileños, su impresionante visión de juego y capacidad para rematar a puerta han hecho de él el mayor peligro de su equipo.
Por si fuera poco este superdotado del “juego de todos”, por algo es el deporte rey, tiene un espectacular golpeo en las jugadas a balón parado, consiguiendo un impresionante gol esta temporada contra la Roma.
Una de mis debilidades, por tradición, es y será el calcio. No me cabe la menor duda de que Giovinco contribuirá a devolver a esta liga el nivel que su laureada estirpe merece.